Historia de la Villa
Santoña es una de las más antiguas y castizas Villas Marineras de Cantabria.
Está situada en el oriente, en la margen izquierda de la desembocadura del río Asón, a los pies del imponente Monte Buciero y junto a las llanuras húmedas que forman el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel.
La protección de la gran montaña caliza frente a los embates del Cantábrico y de los vientos fríos convirtió desde el primer momento a Santoña en un emplazamiento idóneo para las actividades vinculadas al mar, tanto civiles como militares.
De su rica historia artesanal, pesquera y naval dan testimonio los muchos rincones que el visitante puede disfrutar.
Con unos 12.000 habitantes, la villa ofrece tanto su vitalidad urbana como deliciosos parajes naturales.
Se pueden realizar las más variadas actividades en un radio de desplazamiento realmente pequeño.
Aunque hay testimonios de ocupación de la zona en el Paleolítico, la actual Santoña se remonta directamente al Monasterio altomedieval de SANTA MARÍA DEL PUERTO, del que hoy queda como legado la atractiva iglesia homónima, que reúne elementos románicos y góticos en su arquitectura, así como aportaciones GÓTICAS Y FLAMENCAS en tallas y retablos. (Ver más información sobre el monasterio)
Herencia de la importancia histórica de Santoña como plaza destacada para la defensa costera son sus tres fortificaciones: el FUERTE DE SAN MARTÍN, al final del Pasaje o paseo marítimo; el FUERTE DE SAN CARLOS, más próximo a la bocana de la bahía; y el FUERTE DEL MAZO o "de Napoleón", ubicado en el BUCIERO y que ofrece unas vistas magníficas de todo el territorio.
Asimismo, la trascendencia del lugar viene señalada por dos faros de indudable encanto: el del Pescador, junto a la hermosa PLAYA DE BERRIA y el DEL CABALLO, con un vertiginoso acceso de casi 800 escalones de piedra.
Al estar rodeada de monte, marisma y ría, Santoña es prácticamente una isla en tierra firme. Esta característica geográfica ha servido para dotar a Santoña de una fuerte personalidad, apreciable en el carácter intenso de sus gentes y en el arraigo popular de sus tradiciones.
Como buena villa marinera, Santoña reúne una oferta hostelera y gastronómica de extraordinario nivel, presente tanto en el Paseo Marítimo como en la céntrica Plaza de San Antonio y sus alrededores.
En cuanto a posibles actividades deportivas y de ocio, Santoña proporciona una amplísimo abanico de opciones: kitesurf, surf, windsurf, submarinismo, parapente, esquí acuático, modalidades náuticas (cuenta con muelle deportivo), senderismo, ciclismo de montaña, remo, pesca deportiva, piragüismo, hípica, natación, quads, observación de aves migratorias, festejos taurinos...